lunes, 5 de mayo de 2008

LAS RELIQUIAS NADTHAR - En el Templo de Ôlfin (Cap. V)

Bien, ya he vuelto. Hace tiempo no escribia, y me puse una meta de escribir al menos 5 minutos diarios ^^. Espero cumplirlo. Entre el sabado y hoy escribií este capitulo. Espero que les guste.
Saludos.

En el Templo de Ôlfin - Cap. V

Dentro, el camino descendía bruscamente. Cada paso los llevaba más bajo tierra. El grupo andaba por un largo pasillo, que parecía no tener fin. Faratheir iba sobre su caballo, y Siveltheir y Hälen iban a pie.
Luego de un largo trecho, Hälen pudo distinguir una luz al fondo del pasillo. Se apresuraron a llegar, y vieron que era un salón alto. Estaba lleno de enredaderas, y grietas en el techo por donde se filtraba la luz del sol. En el centro del aposento, había una alta torre de madera, que se asemejaba a un tótem. En la punta, estaba tallada la sorprendente imagen de un dragón.
El salón estaba rodeado por antorchas, lo cual dejó descubierta una puerta al otro extremo de donde se encontraba la compañía.
Faratheir cabalgó hasta la puerta, pero se dio cuenta que no se podía abrir.
–No tiene candado. –dijo, examinando la puerta– ni se encuentra sellada con nada.
–Entonces. –preguntó su hijo– ¿Qué haremos para abrirla?
–Este templo esconde muchos secretos. –murmuró Hälen, observando su alrededor.
Faratheir fue hasta la torre en forma de tótem. Tocó por todo lado, pero nada que la puerta abría.
En seguida, Hälen tomó su forma de hada, subió hasta la cima del tótem, y tocó la cabeza del dragón. De pronto, un aire helado pasó por la sala y apagó las antorchas. Pero luego, una luz más intensa alumbró la habitación. Hälen bajó de nuevo, y tomó su forma humana.
La escena estuvo así por varios minutos, en los que el grupo intentó descifrar el uso de esa luz. Luego, una hermosa espada encandecida bajó hasta Siveltheir.
El elfo, asustado, se acercó al arma.
–Tómala. –Dijo Faratheir– Estará fría.
Siveltheir la tomó y efectivamente, estaba fría. El elfo la alzó y una ráfaga de energía cubrió el arma. Luego, la bajó lentamente y la ráfaga comenzó a desaparecer.
–La puerta! –Siveltheir se acercó, y alzó la espada– La abriré.
Luego, con fuerza hizo una estocada al portón. En seguida, esta desapareció, y la entrada quedó libre.
****
Urbhum se agarró del borde del lago, y comenzó a salir. Luego, se puso boca abajo y tosió. Sintió la flecha en su cuerpo y la quitó. Un chorro de sangre se regó.
–Malditos sean los elfos! –murmuró. La criatura no tenía fuerzas, su vista se volvió blanca, y comenzó a cerrar los ojos. Pero entonces, pudo vislumbrar un destello fuerte de luz negra que le cerró los ojos por completo.
****
El grupo entró. Siveltheir tenía el arma en sus manos, le pesaba mucho.
–Vamos, ponla aquí. –Faratheir le mostró una vaina que estaba amarrada a la silla de su corcel.
Caminaron otras varias horas, cada vez bajando más. La luz del sol se filtraba por las grietas en el techo, y el aire de humedad cada vez se sentía más.
De nuevo, caminaban por un pasillo; largo y estrecho.
Faratheir llevaba al caballo de la cuerda, el pasillo no era alto.
****
–Llévenlo. –Urbhum sintió que lo llevaban cargado. Estaba confundido, quería ver que pasaba. Pero sus ojos no se podían abrir, una fuerza extraña se los detenía.
–Déjenme. –Dijo la criatura con una voz muy débil– ¿Qué rayos me hacen?
Luego, calló. Sintió como si su cuerpo no estuviera. Pero luego, lo sintió, y la fuerza regresó a él.
–Ya está. –Dijo la voz de un hombre– Abre los ojos, criatura Urbhum.
Urbhum atendió al mandato. Vio a 3 hombres vestidos de negro, con caballos del mismo color a su lado.
–¿Quienes son? –la criatura se paró, y miró a los extraños recién llegados– ¿Qué me han hecho?
–Jinetes negros. –Respondió uno– Servimos a Ganford. Nuestro señor cree que usted está implicado con nuestro objetivo.
–¿Quién es su objetivo?
–Un elfo y un hada. –Respondió el jinete– Han vagado por toda la tierra, y cada vez nos burlan. ¿Acaso los ha visto?
–Que gusto verlos. Alguien más en contra de esos elfos.
–Solo era uno… y un hada.
–Pero otro más iba con ellos. Me disparó mientras estaba distraído.
Los Jinetes Negros se miraron.
–Hay que informar a Ganford. –Dijo en seguida uno de ellos.
–Andando.
Los tres se montaron en sus caballos.
–Criatura Urbhum, ¿sabes a donde han ido?
–Al Templo de Ôlfin, estoy seguro.
–Ve a por ellos. Es una orden.
Golpearon a sus caballos, y las siluetas negras en seguida desaparecieron.

Urbhum se dirigió al templo. Sus fuerzas estaban más potenciadas, y podría caminar por cuatro días sin descansar, si así lo quería.
En unos cuentos minutos, allí estaba, a las puertas del gran templo. Localizó las runas, y las examinó.
–Malditas runas élficas. –murmuró.
Intentó leer la inscripción, pero no lo lograba. Pero entonces, se concentró. Cerró los ojos, y una luz gris lo cubrió. De nuevo vio la inscripción.
Fyothell d äshtas, on yiantel dêral… freäthor gall, t fyall graêndar.
La criatura pasó su mano por las runas, y nuevamente una luz azul bajó del cielo y destruyó la puerta. Urbhum entró, contento de su hazaña.
****
Boom! Se escuchó un eco.
Faratheir miró hacia atrás, pero no vio nada.
– ¿Qué diablos habrá sido? –se preguntó.
–Hay que acelerar el paso. –Dijo Hälen– Alguien más entró al templo.
–Pero, –dijo Siveltheir– ¿No dijiste que muy pocos saben descifrar runas?
–La magia negra puede hacer cualquier cosa.

Faratheir localizó al fin su posición en el mapa; no estaban lejos de la reliquia.
–Ahora, entraremos en otra sala parecida a la anterior. Con esta espada, –señaló la envainada arma– cualquier puerta se abrirá.
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Urbhum caminó muy rápido por el pasillo. Luego de varios minutos localizó una entrada. Corrió hacia ella y llegó a un gran salón.
Miró la hermosa figura de un dragón tallado en una torre. Escaló hasta él, y allí pudo ver una serie de inscripciones grabadas.
– Más runas… –se dijo.
Leyó…y sonrió.
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–He aquí, el salón principal del templo. –dijo a su compañía.
En la sala había hermosos asientos envueltos en enredaderas, organizados alrededor. En el centro había un altar agrietado. Y el techo tenía hermosas pinturas de guerreros elficos.
–En este salón se hacían los consejos de los elfos. –explicó el hada– Era hermoso, antes de que el templo se abandonara.
Todos se separaron para buscar entradas, o puertas selladas. Pero ninguno encontró nada.
Hälen fue hasta el altar, vio en el piso, y allí había inscripciones.
–Tal vez podamos abrir alguna puerta. –dijo– Déjenme descifro esto.
Tardó algunos minutos, y luego anunció.
faxk’amin j d’uermk alumg’ir geathir, j huk’er u Ôlfin vaom’her hakhemda. “Con la espada de fuego alumbra el salón, la entrada al secreto de Ôlfin hallarás.”
Faratheir desenvainó el arma y se la entregó a su hijo. Siveltheir la alzó y la ráfaga de energía tomó la espada. El elfo comenzó a caminar por todas las paredes, y al fin, halló una entrada.
–Es por aquí! –gritó– Esta es la entrada al secreto!
Todos corrieron a la entrada, y rápidamente avanzaron. Otro pasillo apareció ante ellos, pero esta vez más corto.
Luego de una caminata, llegaron a otra entrada. Estaba adornada con piedras preciosas y con detalles tallados en oro y plata; un árbol, estrellas y un par de espadas.
–Hay que entrar. –dijo Hälen.
La puerta no se abría con facilidad; otra secreto que guardaba el templo.
– ¿Acaso hay más runas? –preguntó Siveltheir.
Hälen buscó pero no encontró nada. Siveltheir se acercó y de pronto su espada se convirtió en una hermosa llave a de oro.
–Oh! Sabios elfos. –murmuró Faratheir.
Siveltheir se adelantó hasta la puerta e introdujo la llave. La puerta se abrió hacia arriba, y todos entraron. Examinaron todo, y allí estaba; La Reliquia Nadthar del valor.
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Mag’f orit’huk fakhimt’tk jualk. Taxbvi Diaron’g. “La magia negra destruirá el templo. Alabad al dragón.”
Urbhum bajó de nuevo. Se concentró y comenzó unos extraños rituales. Se envolvió en enredaderas, y comenzó a bailar alrededor del dragón. Entonces, destellos de luz amarilla comenzaron a rodear a la criatura Urbhum.
Luego, la tierra comenzó a temblar.
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Siveltheir corrió hasta la hermosa perla. La Nadthar del valor. Se acercó y la examinó. Centelleaba luz verde y brillante. No tenia forma, pero aun así era hermosa.
De repente, un temblor hizo que el grupo se cayera.
–Definitivamente. –dijo Hälen– Alguien está haciendo magia negra.
–Agarra la perla rápido, hijo.
Siveltheir la tomó y un calor rodeó su cuerpo.
–Ahora, te llenarás de valor. –explicó el hada– No serás el mismo, tendrás más fuerzas y más iniciativa para hacer las cosas. Zarkurak De’am. –al decir estas palabras Siveltheir fue levitado por una nube verde, y la reliquia desapareció de sus manos. Luego volvió a tierra, y ya no se veía igual. Era más alto y fornido, además su cara era mucho más bella.
–Me he llenado de valor. Ahora, hay que salir.
****
Urbhum se quitó las enredaderas. Los destellos amarillos lo seguían rodeando. Luego, siguió por una puerta destapada. Al otro extremo de donde había venido. Siguió por un pasillo largo, y corrió hasta la próxima entrada.
Al llegar, corrió hasta el centro de la habitación, recitó unas palabras y otro temblor surgió. Luego, los destellos que rodeaban a la criatura dejaron de alumbrar, en cambio, ascendieron hasta el techo, y desde el suelo una estatua de mármol apareció.
–Ho! Gran Kryniss. –Urbhum se arrodilló ante la estatua. Era la figura de un espíritu drow, invocado por la magia negra de la criatura.
La estatua alzó una larga espada, que alumbraba con un plateado intenso. Luego, Urbhum comenzó a correr hasta la salida.
Kryniss golpeó el suelo, y un estallido hizo que el Templo de Ôlfin cayera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh!por Dios!!
Cada vez mejoorr...
Te felicito--->>:D^^!!
Super interesante segui asi!!
Sos grande mi bf!...
Peroo otra vez me djaste intrigada!*-)!!...

Malfuin dijo...

Has mejorado bastante desde la última vez que pasé por aquí, no está nada mal.

Esa espada me ha recordado a la Keyblade de Kingdom Hearts xD

Un saludo

Anónimo dijo...

BRUJERIA Y POLITICA = Magia Negra

LA CIUDAD DE SALTA, ARGENTINA, CONMOCIONADA POR LAS MALDICIONES DE UN CONCEJAL ESOTERICO:

El ex edil Guillermo Capellán, siendo Presidente de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta, quiso cobrarle los impuestos al hermano del Alcalde/Intendente Alejandro San Millán, Antonio San Millán.

El Poder Sanmillanista contrató al Abogado Roberto Elio Gareca y este letrado a su vez contrató a un delincuente juvenil, Rodrigo Chavarría (taxi-boy menor de edad a quien Gareca conoció en el Parque San Martín de la Ciudad de Salta) y lo denunciaron por violación. Estuvo 101 días preso y desde la cárcel vaticinó que saldría el día de la Lealtad Peronista, horas más horas menos salió en la madrugada del 18 de Octubre de 2003. Al salir del presidio en Concejal dijo “Quienes participaron en el complot pagarán muy caro lo que me hicieron”:

“Al Juez le pasará lo mismo a que a mí, se quedará sin cargo”. A los seis meses abogados de la Ciudad de Salta pidieron Juicio Político al Juez de la causa, Luis María Agüero Molina lo destituyeron por motivos relacionados al caso edil ocultista.

“Rodrigo Chavarría, pupilo de Roberto Gareca, hizo una denuncia falsa siendo menor de edad y eso es delito, cuando sea mayor vivirá preso”.

Chavarría siendo mayor cometió una estafa y fue condenado por un año, quedó en libertad condicional y a los tres meses cayó nuevamente en manos de la Justicia Federal por “Usurpación de Títulos y Honores y Estafa” y sigue preso.

“Destruyeron mi vida, y ese tipo participó en el estrépito mediático es un empresario de medios y publicidad, yo lo escuchaba desde mi celda decir cosas espantosas… tendrá su merecido” El empresario al que se refería el Concejal Ocultista sería Julio Castillo a quien lo internaron en una clínica con un fuerte dolor de cabeza, se le declaró un tumor cerebral fulminante y murió en horas.

“En el Diario El Tribuno se ensañaron conmigo y el Abogado Gareca publica todas las barbaridades que quiere porque su hermano es el Jefe de Redacción de Noticias Policiales en ese matutino… no importa, ya llegará el día…” Se refería al periodista Sergio Alberto Gareca a quien le descubrienron un cáncer galopante y murió en poco tiempo.

La predicción o “maldición” pública más dura y contundente del Concejal Astrólogo y Esotérico es cuando vaticinó en la FM Pacífico 92.9 en el Programa del periodista Daniel Salmoral aseguró: “Los San Millán pagarán con lágrimas de sangre lo que me hicieron” Inexplicablemente, el hijo de Antonio San Millán de 16 años murió aplastado por una cortadora de cesped minitractor. La gigantesca empresa de materiales de construcción conocida como Corralón El Milagro” se fundió y dejó un tendal de empleados sin indemnizar.

“Siguen haciendome daño por lo tanto siguen acumulando desgracias” En esta frase se refiere elipticamente al Empresario-locutor Martin Grande y al Abogado Roberto Elio Gareca sindicados como los principales responsable de la conspiración por cuanto el presunto violado y delincuente Rodrigo Chavarría los sindicó en su confesión como los autores ideológicos de la denuncia contra Guillermo Capellán. Con respecto a ellos el Esotérico Edil dijo: “tengo todo el tiempo del mundo para verlos caer, ellos son las frutillas del postre”

Salta es la capital turística de todo el Norte de Argentina donde viven 600.000 habitantes y en todos los rincones de la Ciudad se comenta: “Las Maldiciones del Concejal Capellán se están cumpliendo”. ¡Esto es para pensar porque el edil lo dijo en los medios con mucha anticipación! Si quiere leer el artículo completo escriba en cualquier buscador: “Cadena Global+maldiciones del Concejal” y tendrá mas detalles sobre este tema. Porque la brujería parece que existe y este político es esotérico.