viernes, 19 de octubre de 2007

LAS RELIQUIAS NADTHAR - Problemas en el Camino (Cap. II)

Fiuu...volví despues de varios días. Como ya saben...por lo del estudio y todo eso. Bueno esta vez, la historia viene con "ñapa"... El capitulo "Problemas en el Camino" me pareció demasiado corto, asi que preferí aumentar la primera parte del 3er capitulo. Entonces, esta entrada en realidad se llamará: LAS RELIQUIAS NADTHAR - Problemas en el Camino - En Hätram (1ª parte).
Espero que les guste...y que me apollen con un comentario XD!!! (Creo que haré una campaña..."Un comentario...un apoyo" XD)
No les quito mas tiempo... con ustedes el cap II!...Ha! me perdonaran la imagen de tan baja calidad!!pero no encontré algo mejor :'(
Xiao.

Problemas en el Camino - En Hätram - Cap. II

Thatgeir y Hälen acompañaron a las puertas de las torre al chico.
–Hälen. –Dijo Thatgeir–Ve con el. Ayúdalo en su misión, guíalo por nuestras tierras y recuérdale sus tareas.
Hälen se inclinó, y dijo:
–Escucho y obedezco señor.
Hälen se posó en el hombro de Siveltheir, el chico caminó y en cuestión de segundos se alejaron de la Torre.
–Ahora –Dijo Hälen– Vamos al bosque de Hätram, por la Nadthar del valor.
– ¿La Nadthar del valor?
–Si, fue creada por enanos de Oirad y bendecida por el elfo más sabio de Hätram. Quien tenga esta Nadthar en su poder, su espíritu se llenará de valor y podrá hacer cosas que nunca imaginó.

Hätram estaba a unos pocos días de Alazdam, solo era cuestión de caminar rápido y no tropezarse con nada.

Aun no era de noche, faltaban todavía unas horas para que empezara a oscurecer. Siveltheir ya había caminado bastante, y Hälen en su hombro estaba somnolienta.
–Siveltheir. –Dijo Hälen– ¿Trajiste comida?
–Si. –Respondió el chico– Tengo un canasto con moras, panes y nueces. También hay algunos cuantos odres con agua.
Continuaron caminando, y el sol poniente estaba cada vez más caliente y ya, hacia el este, la luna estaba saliendo.
–Acampemos aquí. –Dijo Hälen–La oscuridad ya cayó, y las bestias nocturnas empezarán a acechar.
Hälen bajó del hombro de Siveltheir y abajo tomó su forma humana. Siveltheir, dejó el canasto en el suelo y levantó su tienda. El hada por su parte, buscó un árbol secó en el que pudiera dormir. Repartieron las provisiones, el elfo comió unas cuantas moras y el hada solo unas nueces partidas.
–Duerme bien chico. –Dijo Hälen desde su árbol.
–Lo mismo te digo hada. –Respondió Siveltheir desde la tienda.
Ya habían pasado varias horas, pero el cielo aun seguía oscuro. Un aullido de lobo despertó a Hälen.
–Wargos. –Dijo el hada, levantándose rápidamente. –Siveltheir despierta. –Gritó.
– ¿Qué pasa? –Preguntó el elfo somnoliento.
Hälen voló hasta la tienda, tomó su forma humana y levantó al chico.
–Wargos. Están cerca. Seguro nos olieron. –El hada se veía exaltada.
– ¿Qué hacemos? –Pregunto Siveltheir.
Los dos se levantaron, Siveltheir tomó la canasta y corrieron. De vez en vez, se tropezaban con ramas en el suelo.
Unos metros más Hälen paró, y puso su oído sobre la tierra.
–Aceleraron el paso. –Dijo asustada. – Debemos adelantarnos más.
Se convirtió de nuevo en hada, tomo del Jubón al elfo y voló.
El sol ya empezaba a llegar de nuevo, los wargos en poco se irían.
–Hälen. Estoy cansado, paremos.
Hälen lo escuchó, posó de nuevo su oído en una piedra, pero esta vez no escuchó nada.
–Estamos a salvo. –Dijo el hada.
El elfo se sentó en la tierra y preguntó:
–Hälen, ¿Donde está Hätram?
–Tranquilo chico, ya estamos cerca. Ves ese punto verde, cerca de las montañas altas. Ese es Hätram.
Ya habían salido a un valle de flores, solo tenían que cruzarlo y llegarían al bosque.
–El Valle de Adilian. –Dijo Hälen aspirando fuerte– No puede haber un valle igual o parecido en toda la tierra.
– ¡Mira! –Dijo Siveltheir asombrado–Un caballo.
El elfo corrió hacia el, pero Hälen lo paró.
–Ven aquí, quédate callado. Yo lo atrapo.
Hälen tomó su forma humana de nuevo, y caminó despacio hacia el caballo.
Era un caballo café, con una cabellera brillante como el sol. Estaba comiendo algunas flores del valle.
El hada ya estaba cerca y el caballo no hacia ningún gesto de miedo. Al fin, Hälen lo tocó. Le acarició el hocico y el lomo, y de repente, se subió. El caballo relinchó pero nada más.
–Bravo Hälen. –dijo el elfo corriendo hacia el caballo.
Fue sorpresa para Hälen, cuando escuchó, que el caballo le habló.
–Bájate de allí, hada repugnante.
Siveltheir paró, y dijo:
–Hälen, bájate.
–Soy Hälen, hada real de Alazdam.
El caballo se sorprendió.
–Me han mandado en una misión para destruir el poder maligno de Ganford. El es Siveltheir, hijo de Faratheir. Es El Elegido.
El caballo hizo una especie de reverencia ante el elfo.
–Mis disculpas Hälen, servidora de Alazdam. Y Siveltheir, El Elegido, hijo de Faratheir, estoy a su servicio.
Hälen se bajó del lomo y le entregó el caballo a Siveltheir.
–Monta chico. –Dijo Hälen– Y tú...
–Altrof –Respondió el caballo.
El hada acertó con la cabeza.
–Llévanos a Hätram.
–Escucho y obedezco mi señora. –Dijo Altrof.
Siveltheir montó el caballo y el hada se posó en su hombro (claro, en forma de hada).
–Sujétense– Gritó el caballo cogiendo carrera– Próximo destino Hätram.
*****
Altrof corrió por el valle de flores, mariposas y abejas volaban por todo el aire.
–Al fin. –Dijo Hälen– Un transporte. Con este caballo le ganaremos a Ganford.
–Pero lamento decepcionaros –Dijo el caballo mientras corría– Pero os acompañaré hasta Hätram solamente.
Hälen y el elfo se sorprendieron.
– ¿De que hablas? –Preguntó Siveltheir
–No podré alejarme más allá de Adilian, si lo hago, moriré. No estoy acostumbrado a la lejanía de mi hogar.
–Te comprendo Altrof. –Dijo el elfo.
El caballo pausó un poco el paso.
La mañana estaba fría, y el sol estaba escondido. Hätram ya no estaba muy lejos, las montañas altas se podían divisar hermosas como siempre. Las flores de Adilian quedaron atrás, y ahora el pasto verde de Hätram se veía. Los árboles robustos estaban más adelante.
–Por fin Siveltheir. –Dijo Hälen– Hätram.
El elfo estaba emocionado.
Ya habían llegado, el caballo de repente frenó.
–Hasta aquí los llevo. –Dijo Altrof– Desde aquí caminarán. Tengan cuidado en la noche, hay Wargos, y muchas veces los trasgos bajan de las montañas.
–Gracias Altrof, tu tierra te lo agradecerá –Dijo Hälen, bajando del hombro de Siveltheir y convirtiéndose en humana.
El elfo bajó del caballo, agarró la canasta, comió unas cuantas moras y empezó a caminar del lado de Hälen.
–Gracias –Dijo Siveltheir mientras caminaba– Altrof, nos volveremos a ver.
El caballo dio la vuelta y corrió hacia Adilian de nuevo.
–Y ahora, empieza nuestra verdadera aventura. –Dijo Hälen adentrándose en el bosque.
Los dos caminaron por entre el pasto y las rocas, las águilas se veían por entre los espacios que los árboles dejaban en el cielo y cientos de diminutos animales se veían subir a los árboles; ardillas con nueces en sus manos, pequeños pajarillos que se posaban en sus nidos para cantar y varios mapaches pasaban por delante del elfo y el hada. Los sonidos que escuchaban mientras caminaban era refrescante y relajante; el lago que quedaba justo en la mitad del bosque, el rumor del viento entre las copas de los árboles, el paso de los animales y hasta el latido de sus corazones.
– ¿Quieres algo de comer? –Preguntó Siveltheir al hada.
–Claro.
El elfo repartió unas pocas nueces que quedaban y los dos comieron.
–Las moras se están dañando, debemos comérnoslas –Dijo Hälen.
Y así lo hicieron solo les quedó un par de pan de lembas en el canasto.
–Que mal. Ahora solo hay pan. –Dijo el elfo, poco amante del pan de lembas. –Y, ¿Todavía falta mucho?
–Algo. Las reliquias de Hätram están hacia la mitad del bosque. –Respondió el hada.
Los dos siguieron caminando. Hätram era en realidad bastante grande, y ellos solo habían empezado.
–Nuestra aventura será larga. –Dijo Hälen– Y no podremos desperdiciar las provisiones.
–Pero, si ahora solo quedan dos panes. ¿Que haremos para ir a la búsqueda de las demás reliquias?
–Después de tener la Nadthar del bosque, regresamos a Alazdam allá el rey de nuevo nos dará las provisiones.
Y el tiempo cada vez pasaba, y el sol cada vez bajaba. El trecho hasta las reliquias era muy largo todavía, en uno o dos días llegarían.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wiii me encanta como escribis!!! SOS GRANDE SAMUEL!!!segui asi!!gran historia!!