lunes, 13 de agosto de 2007

Robo en Oirad - Capitulo 1


Bueno, empecé con mi nueva historia. Voy a estar publicando por partes, pero no se la frecuencia con que lo haga. Muxas gracias a Malfuin por su ayuda con los nombres y a Alandur por leer y comentar.

Espero que sigan mi historia y lo mas importante que me apoyen.

Bueno, no les quito mas tiempo. Espero que les guste!


CAPITULO 1
Saluc era un elfo fuerte, con cabello largo, ojos grandes y azules, buen arquero y espadachín. La historia de Saluc no es muy buena, cuando era niño, con tan solo 13 años de edad, su madre murió atravesada por un hacha. Fue en el año 287, cuando la guerra contra los enanos se inició. Un grupo de 800 enanos atacaron la ciudad donde Saluc vivía, Laithiria, donde casi todo se derrumbó, pero en el año 295, un nuevo grupo de elfos habitó la ciudad y la levantó de nuevo, pero Saluc, su padre y los pocos sobrevivientes de la guerra, se trasladaron a Lhakgud, un bosque al sur de Laithiria, el cual ya estaba habitado por elfos viejos. Saluc se sintió derribado al salir de su ciudad, donde vivió su corta infancia. A los 25 años el padre de Saluc, Hitrilen, lo envió a trabajar con Froelder, un elfo humilde que tenía una casa cerca del Rio Guldûm-ger, en el bosque de Lhakgud. Froelder, era un viejo y sabio elfo. Recogía frutos del bosque y los vendía en Suâlin, la ciudad de los hombres en el norte.
–Saluc, un gusto tenerte por mi humilde cabaña. –Dijo Froelder con un sutil carcajeo– Vamos, sigue.
Froelder recibió a Saluc, le invitó a sentarse y le sirvió una copa de buen vino.
–Saluc. Hitrilen, tu padre, me dijo que te diera trabajo. Por ahora, empezaras recogiendo frutos. No es un trabajo relevante, pero si lo haces bien podría recomendarte con humanos o elfos de otros bosques. –Mientras Froelder hablaba, Saluc parecía distraído. – Cuando salgas en busca de los frutos siempre recuerda que no debes salir de Lhakgud, fuera hay mucho peligro y el mundo externo a Lhakgud no esta hechizado como lo esta el bosque. Es por tu protección. No olvides mis palabras.
Saluc miró a Froelder irónico, creía que esas palabras eran solo habladurías.
–Y que dices Saluc, ¿deseas empezar ya, o quieres descansar un rato?
–No trabajo tan tarde. ¿Donde esta mi habitación? –Dijo Saluc. Estaba ya cansado, había caminado desde su hogar, hasta la cabaña de Froelder, y no era un camino corto.

Al día siguiente, Saluc se levanto temprano. Adormecido, bajó a la sala. Desde hacia rato había escuchado unos ruidos fuertes. Al llegar abajo vio a Froelder con unas herramientas.
– ¿Qué sucede aquí? –Dijo Saluc adormecido.
–Te estoy fabricando una cesta. –Dijo Froelder con entusiasmo– Con ella recogerás los frutos y me los traerás aquí. Tu paga será diaria. Te daré 1 moneda de oro por cada fruto que me entregues.
–Y, ¿que te gustaría que te trajera? –Preguntó Saluc.
–Trae cualquier fruto fresco que encuentres, manzanas, mangos, duraznos, bayas, etc. Pero quiero que sean frescas.
La cesta estaba terminada, Froelder se la entregó a Saluc.
–Ten mucho cuidado con esta cesta, esta echa con el mejor mimbre que podrías encontrar en el bosque y además tiene un conjuro, con el que las frutas que encuentres no se pudran dentro de la cesta. –Le dijo Froelder a Saluc, como un elfo sabio que era.
–Está bien, la cuidaré. Solo una última pregunta, ¿A que hora regreso?
–Vuelve cuando el sol se este poniendo, no esperes la noche por que los lobos podrían hacerte daño. Como tú sabes. –Empezó a explicar Froelder con voz de aviso– el hechizo del bosque, echo por viejos elfos más viejos que yo, fundadores de Lhakgud, es un hechizo que nos protege de Orcos, monstruos enemigos y animales, pero el poder del hechizo se esta debilitando y muchos orcos ya han atacado partes de Lhakgud, los animales entran y salen cuando quieren, y estos enemigos aprovechan la caída de la noche para acechar. Te lo repetiré por última vez, no dejes que la noche te coja, o, Saluc, hijo de Hitrilen, que en paz descanses.

Al salir de la cabaña, Froelder le dijo una bendición.
–Surakctren Larmenduas. –El viejo elfo tocó la cabeza de Saluc y lo despidió con un beso en su mejilla.

Saluc, caminaba por la orilla del rio. Cada vez que encontraba un árbol, buscaba su fruto y lo introducía en la cesta. Ya había caminado casi dos horas y la cesta apenas llevaba la mitad de su capacidad llena.
El sol ya estaba en su cenit, ahora empezaría a descender. Tenía 6 horas para continuar buscando frutos, pero ya estaba cansado. Tenía gotas de sudor bajando por su cara, sus pies estaban maltratados y las piernas le dolían como nunca. Se sentó en una piedra, recogió agua del rio con una botella que se había llevado y tomó. Al levantarse para continuar, su estomago se estremeció; tenia hambre. Pensó en pescar, así que se introdujo al agua y trató de agarrar un pez con sus manos. Tras casi media hora de intentar agarrar un pez, por fin lo logró. Ahora, su problema seria comérselo. No se lo quería comer crudo, pero no podía perder más tiempo en encender fuego, así que crudo se lo comió.
Ya estaba reposado, las piernas yo no le dolían tanto como antes y el hambre no lo molestaba, ese pescado se la había calmado. Siguió caminando y recogiendo frutas.
El sol se estaba poniendo ya y Saluc pensó en regresar, pero una luz a lo lejos lo atrajo.

2 comentarios:

Malfuin dijo...

Bueno, es un comienzo muy interesante, tengo ganas de ver como sigue. Me ha gustado, sigue así ^^

Saludos

Anónimo dijo...

super bien!...aunque el comienzo ya me lo habias contado!...pero escribis r-bn te felicito!...sigue asi!!<>!..
saludos!<>!...